Benvenuto Cellini


El tema de emplear el estudio escultórico como un plus valioso para resolver los problemas de la pintura es algo de todas las épocas, desde los griegos hasta nuestro días.
Los griegos dibujaban al carbón tomando como referencia a las esculturas de mármol de los grandes maestros; después en el renacimiento esta costumbre volvió a estar en boga, casi todos los grandes maestros de la pintura manejaban en algo el tema de la escultura, y es curioso, pero el más grande pintor para resolver el escorzo de difíciles puntos de visión del cuerpo humano era Miguel Ángel, un escultor que solo le dio a la pintura mural por la fe total e inquebrantable de Julio II. Con este solo mural de la Sixtina se convirtió en el pintor más admirado de su época.
En los modernos tenemos como ejemplos a Edgar Degas que modeló bailarinas y a Honore Daumier que resolvía sus caricaturas con la arcilla.
Y la verdad es que un maestro pintor con habilidades para la escultura tiene un rango muy superior que un pintor puro, porque este tiene una idea tridimensional de la forma y puede resolver de manera más coherente el movimiento y la perspectiva de la figura humana. Incluso pintores puros como Rubens recomendaban el estudio de las esculturas de los grandes maestros.

Unas palabras de Benvenuto Cellini

A Benedetto Varchi (28 de enero de 1547)

Digo que el arte de la escultura es ocho veces mayor que cualquier otra de las artes en que interviene el dibujo, porque una estatua debe tener ocho vistas y conviene que todas sean de igual bondad...
Y para mayormente mostrarnos la grandeza de este arte, hoy vemos que Miguel Ángel es el mayor pintor de que se tiene noticia, tanto entre los antiguos como entre los modernos, y la razón es que todo lo que hace en pintura lo saca de los estudiadísimos modelos que hace en escultura. No se hoy de nadie que se acerque tanto a esta verdad del arte como Bronzino, artista de gran mérito. Veo a los demás revolcarse entre flores de lis y en una yuxtaposición de variados colores hecha para engañar a paletos.
Digo, volviendo al gran arte de la escultura, que por experiencia se ve que, si solo quieres hacer una columna, o hasta un vaso, que son cosas muy simples, y las dibujas en un papel con toda la proporción y gracia posibles en un dibujo, y luego quieres hacer la columna o el vaso de escultura con la misma proporción con que los has dibujado, te resultará una obra mucho menos graciosa de lo que el dibujo te mostraba, y hasta te parecerá falsa y desabrida. Pero si haces dicho vaso o columna en relieve y luego, con o sin medidas, lo reproduces en dibujo, resultará sobremanera gracioso...
La escultura es la madre de todas las artes en que interviene el dibujo; y a quien sea buen escultor y tenga buen estilo, le será facilísimo ser un buen perspectivista y arquitecto, y también mejor pintor que los que no poseen la escultura; la pintura no es otras cosa que la imagen de un árbol, hombre u otro objeto reflejada en la fuente. Tan gran diferencia hay entre la escultura y la pintura como entre la sombra y el objeto que la produce.

Perseo por Benvenuto Cellini