Federico Zuccari criticando a Durero y Leonardo (Turín - 1607 d.C)


Fragmento del Duomo de Florencia —realizado por Zuccari y Vasari


El dibujo fantástico
El tercer género de dibujo —los otros dos son el natural y el artificial (según Zuccari)—es el que representa todo lo que en cualquier arte puede puede inventar la mente, la fantasía o el capricho del hombre. Aunque menos perfecto que los dos géneros precedentes, es sin embargo, necesario y placentero, y proporciona gran ayuda, mejora y perfecciona a todas las obras del pintor, así como a las de las demás artes y ciencias prácticas. Imagina nuevas invenciones y caprichos con toda suerte de asuntos para paneles y ornamentos pictóricos, esculturales y arquitectónicos, para ser ejecutados en estuco, piedra, mármol, bronce, hierro, oro, plata, madera, ébano, marfil y otras materias naturales o artificiales, o simuladas con colores, y para adornos pertenecientes a cualquier otro arte, como fuentes, jardines, loggias, vestíbulos, templos, palacios, teatros, palacios, teatros, decoración escénica, decorados para festivales, máquinas de guerra y cualquier otra cosa, como grotescos, harpías,  guirnaldas, almanaques, esferas, formas matemáticas, mil mecanismos distintos, máquinas, molinos, cifras, relojes, quimeras y cuanto se te antoje. Todas estas cosas enriquecen nuestro arte y son muy ornamentales.

Refutación de Durero y Leonardo
Afirmo —y se que estoy diciendo la verdad —que el arte de la pintura no deriva sus principios de las ciencias matemáticas [1]. Ni la necesidad de recurrir a ellas para aprender las reglas y métodos del arte, ni tan solo para discutirlas en teorías. La pintura es hija, no de la ciencia, sino de la naturaleza y del dibujo. La naturaleza le señala sus formas, y el dibujo le enseña a trabajar. De suerte que el pintor que se sirva, además de los primeros elementos y lecciones recibidas de sus predecesores y de la naturaleza misma, de su juicio natural, de una diligencia bien dirigida y de la observación de lo bello y lo bueno, puede adelantar sin más ayuda y sin recurrir a las matemáticas [2].
Añadiré —como es verdad —que en cada criatura que la naturaleza produce hay proporción y medida, como afirma el sabio. Sin embargo, si un artista hubiera de ponerse a examinar todos los seres existentes e informarse de su estructura especulativamente, por medio de su teoría matemática, y proceder después a pintarlos de conformidad con ello, no solo se embarcaría en un intolerable trajín, sino que perdería el tiempo sin provecho...
Las reglas no sirven para nada, solo para hacer daño, porque aparte de que los cuerpos son escorzados y siempre redondeados, estas reglas son inútiles e inadecuadas a nuestras tareas. La mente del artista debe ser no solo clara, sino libre. Su fantasía no debe estar trabada y frenada por una mecánica servidumbre a estas reglas. En esta profesión, realmente nobilísima, el juicio y la experiencia deben servir de reglas y fórmulas.
Mi caro hermano y predecesor, al enseñarme las reglas y medidas básicas de la figura humana, me dijo que las proporciones perfecciones y graciosas debían ser de tantas caras de longitud y no más. Pero, añadía: —"debes familiarizarte con estas reglas y medidas hasta el punto de que cuando trabajes tengas los compases y la escuadra en los ojos, y el juicio y la práctica en la mano." —De modo que estas regla y métodos matemáticos no son ni pueden ser de ningún servicio o valor. Ni debemos usarlas en nuestra obra, porque, lejos de acrecentar la práctica, espíritu y vivacidad del artista, se los quitarán completamente, modificando su inteligencia, entorpeciendo su juicio y privando a su arte de toda gracias, espíritu y sabor.
Creo, por tanto, que Durero tomó todo este trabajo, que no fue poco, como un juego y pasatiempo para entretener estos espíritus que se sienten más inclinados a la especulación que al trabajo.
Y no tiene más substancia ni es de mayor provecho aquel otro trabajo, ilustrado con dibujos y escrito hacia atrás, que nos ha sido dejado por otro artista [Leonardo], perito en nuestra profesión, no hay duda, pero extrasofístico, que formuló preceptos matemáticos para dibujar los movimientos y actitudes de las figuras por medio de líneas perpendiculares, escuadra y compás.

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Criticando a Zuccari:


[1] Hay que ser muy ingrato para no reconocer que gracias a la geometría el pintor fue capaz de expresar lo tridimensional en un plano. Es imposible recrear las tres dimensiones en un papel o lienzo sin la ayuda de la "perspectiva". Las progresiones, puntos de fuga, el nadir y el zenit, la distorsión del cono angular, y los caprichos de Roger Penrose —recreados magistralmente por Escher —son nacidos de la geometría del espacio. ¿y qué es la geometría? ¿a qué rama de la ciencia pertenece?

[2] El origen del manierismo estuvo en la renuncia de los pintores a la naturaleza. Se dedicaron a copiar a los viejos maestros con el fin de adquirir el oficio. Mi pregunta es: ¿Y a quién copiaron los viejos maestros? A la  naturaleza. Masaccio, Sandro Botticelli, Leonardo, Miguel Ángel, todos ellos, los grandes, tomaron a la naturaleza por principal maestra. Copiar a otros maestros es una arma de doble filo, porque como adquieres sus virtudes también puedes adquirir sus defectos.

En lo del conocimiento matemático solo diré que es necesario, pero hasta cierto límite. Lo aplicable para el arte está contenido en la geometría y trigonometría, nada más, no hay que hacer análisis numérico, álgebra avanzada, o estudios de ecuaciones con exponenciales altos, esas infinitas variables para un resultado etéreo y relativo, la matemática de ese nivel solo tiene aplicación para las ingenierías y la física.

Es bueno, y no te quitará mucho tiempo, que estudies geometría con cierto empeño, eso le dará más estructura a tu creatividad. La imaginación desbocada es como un caballo salvaje: "Si no tienes un genio portentoso a la par de Dalí o Miguel Ángel, lo más probable es que cabalgues al antojo del capricho mutable y traidor." No olvides además que la Capilla Sixtina esta llena de proporciones, de secuencias muy bien estructuradas, y si Miguel Ángel tuvo la modestia de recurrir a la geometría ¿por qué tú no?

Con esto que les digo no quiero desconocer los logros de Zuccari, pero ya que Zuccari tuvo el mal gusto de insultar a Leonardo como extrasofístico me vino el deseo de analizar con frialdad los alcances de tal calificativo. Leonardo nunca estudió por estudiar, sus bocetos siempre tuvieron una razón, un objetivo. Si bien es cierto que pintó poco, también es justo afirmar que nadie en el renacimiento fue capaz de pintar una obra tan excelsa como la Virgen de las rocas, obra perfecta en las proporciones, en el claro oscuro, en la atmósfera y composición. Además está el hecho de que Leonardo fue un pionero, un Cristóbal Colón de la pintura, un Magallanes del claro oscuro, un Américo Vespucio de la perspectiva. No me parece justo calificar peyorativamente a Leonardo, de burlarse de sus escritos invertidos, (lo hizo para ejercitar los dos hemisferios cerebrales) o de su geometría pulcra y creativa.

Salvador Núñez.