Lorenzo Ghiberti

Detalle de "Las Puertas del Paraíso" por Lorenzo Ghiberti.

Lorenzo Ghiberti [Florencia 1378 - 1 de diciembre de 1455] es un maestro del Quattrocento, convencido en la equívoca ruta de sus antecesores, se esmeró en volver a tomar a la naturaleza por maestra. Su afición a la geometría lo llevó a estudiar la perspectiva, la proporción y la anatomía en una etapa de la historia que se estaba desarrollando el espíritu humanista, propio del renacimiento, gracias a las profundas reformas y cambios de actitud de la iglesia romana en lo que ya era el nuevo significado, estilo y forma de las artes.

Esta afición a las matemáticas se ve de igual forma en sus composiciones, en el que se puede apreciar su conocimiento de las raíces cuadradas y de la proporción dorada. El plano geométrico era trazado previamente antes de la ejecución de la obra y este previo esbozo de números armónicos permanecía intacto hasta el final:


A continuación algunas palabras del maestro Lorenzo Ghiberti en relación a lo que debe ser un artista, el espíritu de su época y su trabajo en "Las Puertas del Paraíso":


Educación del Artista

El pintor -y el escultor también -debe estar instruido en todas las artes liberales:
Gramática, Perspectiva, Geometría, Historia, Filosofía, Anatomía, Medicina, Teoría del dibujo, Astronomía, Aritmética.


Resurgimiento de la Pintura
Y así en los días del emperador Constantino y del Papa Silvestre la fe cristiana se impuso y la idolatría sufrió una persecución tan fiera que todas las estatuas y pinturas, de tan lata nobleza y belleza antigua, fueron destruidas y hechas pedazos. Y los volúmenes, tratados, dibujos y preceptos que habían sido usados para instruir a los hombres en estas grandes, nobles y bellas artes, perecieron así con las estatuas y pinturas. Y con objeto de acabar con todo rastro de la antigua idolatría, se ordenó que las iglesias fueran enteramente blancas. Y al mismo tiempo se decretaron muy severas penas contra cualquiera que hiciera una estatua o una pintura, y así las artes de la escultura y pintura y toda la doctrina a ellas concerniente, se extinguieron. Y una vez extinguido el arte, las iglesias permanecieron blancas por espacio de seiscientos años.
El arte de la pintura resurgió primero muy débilmente entre los griegos, que produjeron algunas obras muy duras. Pero los griegos de ese tiempo eran tan groseros y rudos como hábiles eran los antiguos. Esto sucedía a las 382 Olimpiadas de la fundación de Roma.

Giotto:
El arte de la pintura empezó a florecer de nuevo en un pueblo llamado Vespignano, no lejos de la ciudad de Florencia. Allí nació un niño de maravilloso talento, que un día estaba copiando una oveja del natural. El pintor Cimabue, pasando por su lado camino de Bolonia, le vio sentado en el suelo y dibujando la oveja en una losa. Quedó lleno de admiración por el niño que en tan tierna edad trabajaba tan bien. Y reflexionó que tal habilidad había de proceder de un talento natural, le preguntó su nombre. El niño contestó: "Mi nombre es Giotto. Mi padre se llama Bondone y vive cerca de aquí, en aquella casa". Cimabue, observando la agradable apariencia del niño fue con él al encuentro de su padre, a quien pidió permiso para llevarse a Giotto consigo. El padre era muy pobre y accedió a la demanda del pintor.
De este modo, Giotto pasó a ser discípulo de Cimabue, quien entonces pintaba según el estilo griego [esto es, bizantino] y había ganado gran renombre en Toscana.
Giotto se hizo grande en el arte de la pintura. Introdujo un nuevo estilo. Abandonó la tosquedad de los griegos. Alcanzó el primerísimo rango entre los pintores toscanos. Y ejecuto´algunas obras excelentes en verdad, sobre todo en la ciudad de Florencia, asi como en muchos otros lugares. Tuvo muchos discípulos, todos tan hábiles como los antiguos griegos. Giotto vió en la pintura lo que otros no habían logrado. Introdujo un arte natural y al mismo tiempo refinado, sin apartarse jamás de las proporciones correctas. Fue muy diestro en todas sus ramas, inventando o descubriendo la doctrina, que había permanecido enterrada durante casi seiscientos años. En efecto, cuando la naturaleza quiere concedernos algún don, lo concede sin tacañería.
Sus obras fueron abundantes, en toda clase de técnicas. Trabajó al fresco sobre muro, trabajó al óleo, trabajó sobre madera. Ejecutó en mosaico "La Nave" en la iglesia de San Pedro de Roma y pintó con su propia mano el coro y el retablo de la misma iglesia.

Las Puertas del Paraíso
Fui encargado [1425] de hacer la otra puerta, es decir, la tercera puerta de San Giovanni [el Baptisterio de Florencia] y se me concedió autorización para ejecutarla según el diseño que yo creyera que había de resultar más perfecto, más suntuoso y rico. Púsome a trabajar en paneles de una braza y tercio en cuadro. Las escenas tenían abundancia de figuras. Son escenas del Antiguo Testamento. Me esmeré en observar las proporciones correctas y me empeñé en imitar la naturaleza lo más que pude, con todos los detalles que supe reproducir, y con bellas y ricas composiciones animadas con muchas figuras. En una de las escenas incluí casi un centenar de figuras; en algunas escenas menos, en otras más. Ejecuté esta obra con el más esmerado y amoroso cuidado. Las escenas son diez, todas con arquitecturas trazadas en las mismas proporciones con que aparecen a la vista, y tan reales que, si las miras de lejos, parecen de relieve. En realidad están hechas en relieve muy bajo. Las figuras del primer plano son mayores y las distantes menores, exactamente como aparecen en la relidad. Y he ejecutado la obra entera con las proporciones dichas.