Monjas y pingüinos -por Salvador Núñez
Anda a un sitio que te agrade no importando si es en el campo o en la ciudad y dentro de ese paisaje dibuja seres imaginarios que en realidad no están en la escena que dibujas.
Este ejercicio es muy útil para desarrollar la imaginación, porque una cosa es dibujar lo que ya existe y otra lo que solo es visible si miras dentro de ti, a eso es a lo que se le llama imaginación. Ahora bien, te contaré que el cerebro tiene la tendencia de proyectar elementos o seres que en la realidad no existen sobre las cosas o entornos reales, es como un mundo paralelo, por ejemplo: "Un joven mira la silla vacía donde su abuela tomaba el sol en las tardes, esa abuela puede estar muerta físicamente pero la mente del joven la trae a esa silla nuevamente de manera emotiva"
El ejemplo de "Monjas y pingüinos" es un dibujo que hice de buen humor, estaba la imagen del convento de Santa Catalina y me acordé de un chiste de colegio en el que un conductor ebrio preguntaba si en las calles de Arequipa caminaban pingüinos, ante la respuesta negativa el borracho se dio cuenta de que en realidad lo que había atropellado era a un grupo de monjas que cruzaban la calle, entonces dibujé en el convento de Santa Catalina a unos pingüinos, luego se me vino a la mente a una familia vestida como personajes de circo y los dibuje sin pensar, simplemente dibujé mirando mi "modelo interno", en el se veía a un niño con una flor forzando inutilmente a su padre a ir donde estaban los pingüinos.
La idea de este ejercicio es que lo hagas de manera natural, sin forzar tu imaginación, si tratas de racionalizar lo que ves dentro de ti tu habilidad disminuirá considerablemente porque con esa actitud estarás dejando de lado a tu lóbulo derecho que justamente es el especialista en este tipo de resolución de problemas espaciales, si quieres racionalizar la escena entonces trata de hacerlo provocando una "falsa esquizofrenia" dentro de tu mente para mover internamente los objetos de tu imaginación con facilidad.