Salvador: —Tío Alonso. Para ti la línea que es. Leonado decía que era un límite imaginario, que en realidad no existía.
Alonso: —No existen pues, es una concepción abstracta. L a línea es una sucesión de puntos en el espacio.
S: — Y qué es el dibujo en el papel
A: —Es una huella, un registro, con tu manera de ser una simple línea puede revelar mucho de ti. A través de una letra un grafólogo puede llegar a saber cómo eres. Igual si tú trazas una línea recta, no sé, la manera en que está, cada una es distinta. En el trazo hay una especia de registro que revela tu estado de ánimo.
S: —Claro, se pueden ver y sentir las diferencias entre Rembrandt, Goya, Daumier…
A: —Detrás de la línea está la historia más íntima de esos maestros.
S: — ¿Cómo es que unos llegaron a recrear la forma con la línea y otro no? Esa precisión… Según tu experiencia en que radica el hecho de tener esa habilidad, de dibujar bien.
A: —Esa habilidad es solo eso ¿no? Una habilidad. Porque un buen dibujo no es necesariamente un dibujo “correctamente” hecho en cuanto a proporciones, perspectiva, para mí un buen dibujo es un concepto más completo, ¿no? puede ser de repente un dibujo no hecho muy correctamente.
S: —Como Chagall
A: —Claro, Picasso también hacía trabajos así, unos casi garabatos, y muy expresivos, con mucho contenido. Entonces para mí el buen dibujo…
S: —Pero Picasso era un buen dibujante. Me refiero al sentido de la línea tal cual es, al acto mecánico, de dar una forma definida en el papel, desde un punto de vista académico, claro, porque desde un punto de vista conceptual ni siquiera la forma es necesaria para expresar algo.
A: —Bueno, el dibujo es una habilidad que puede ser desarrollado en algunos casos, pero a mi manera de ver es innato el reproducir en un papel una forma mientas la estás viendo.
S: — ¿Mientras tú dibujas puede hablar? O prefieres el silencio, la privacidad.
A: —ummm
S: —Creo que así es más fácil
A: —Sí, sí, sí. Yo prefiero estar concentrado en mi dibujo. Me distraigo y me distraigo, y pierdo…
S: —y que te pregunten ¿cómo lo hiciste?
A: —No, no, no, pierdo completamente la capacidad de registro. Yo estoy viendo algo y mi concentración es absoluta en la forma.
S: —Una vez recuerdo que le preguntaba al abuelo del como hacía sus dibujos, y eran varias las preguntas, él me dijo: —“Primero mira y después te explico” —Era como si ese mundo fuese muy privado y complejo.
A: —Si pues. Yo también siento lo mismo.
S: —Es concentración entonces.
A: —Una parte concentración. Es otro lenguaje. Como si estuvieras hablando otro idioma. Si estás hablando castellano no puedes hablar inglés y castellano al mismo tiempo, algo así.
S: — ¿Y has experimentado la perdida de la noción del tiempo?
A: —Totalmente
S: — Carajo, puedes estar cinco horas…
A: —Puedes tenerme toda la mañana dibujando…
S: —Pero si estás sentado cinco hora sin hacer nada de tu oficio te aburres.
A: —Así es. Creo que es una característica de todo buen dibujante
S: —Es como un yoga.
A: —Sí, sí, sí. Es un tipo de realización también. Yo cuando estoy deprimido dibujo, como una necesidad, algo así como salvar el día, en vez chupar dibujo cualquier cosa, no importa que sea algo importante, un garabato, si es un invento, lo que sea, el hecho es que el acto de dibujar me da un estado de ánimo especial, me sana, es curativo el acto de dibujar… Dibujar es como un ritual, es un acto creativo, místico. No me gusta dibujar y hablar…claro, cuando hablo por teléfono no, en ese caso si deja mover la mano y hacer dibujos, pero generalmente es con personas que no generan en mi ninguna atención, está molestando, y para no aburrirme dibujo, quiere decir que no estoy muy concentrado en lo que me dice y más concentrado en el garabato que estoy haciendo.
Continuará...
George Bush -por Alonso Núñez Rebaza